A través del proyecto Repara, para la atención a las víctimas y la prevención de abusos de nuestra Archidiócesis de Madrid, se organiza un curso de iniciación sobre cómo afrontar y acompañar en situaciones de abusos.

En concreto se trata de facilitar herramientas y habilidades para acercarnos al abuso, adquirir recursos para la primera acogida y favorecer la cultura del cuidado.
Esta formación se dirige a agentes de pastoral y cualquier persona interesada en el tema. Y se abordarán los siguientes aspectos:

  • Las raíces del abuso. La cultura del poder
  • ¿Dónde nos posicionamos?
  • ¿Cómo acoger a una victima?

El curso tiene 4 horas de duración, desde las 10 hasta las 14 horas, y se organiza en diferentes horarios y espacios para facilitar su asistencia a un mayor número de personas interesadas. Siendo este el calendario de fechas y lugares:

  • Dia 6 de abril en la Parroquia de Nª Sra. de las Delicias (Pº de la Delicias, 61 28041 Madrid)
  • Dia 13 de abril en salón sótano del Arzobispado de Madrid (calle Bailén, 8 28013 Madrid)
  • Día 20 de abril en el Centro de Estudios de Cáritas Diocesana de Madrid (calle Santa Hortensia, 3 28022 Madrid)

El curso es gratuito pero es necesaria inscripción previa, hasta el 31 de marzo, escribiendo y facilitando los datos en inforepara@archimadrid.es
Para más información.

Recordemos que Repara centra su atención en personas víctimas de diferentes abusos, como pueden ser desde abuso sexual a espiritual, de poder, de conciencia – tanto si ha sido dentro de la Iglesia católica como si han tenido lugar en el ámbito intrafamiliar. El objetivo es acompañarlas, asesorarlas y concienciar a la sociedad de la necesidad de condenar estas execrables y aborrecibles prácticas, para erradicarlas. El proceso es gratuito e incluye, en función de cada caso, acompañamiento terapéutico, espiritual y asesoramiento jurídico.

Una persona atendida por el Proyecto Repara, de la archidiócesis de Madrid, abusada por un sacerdote en un contexto de acompañamiento, cuenta su despertar

¿En qué momento de su proceso de sanación se encuentra?
Tras los seis años que han pasado desde que inicié mi proceso de sanación, puedo decir que me encuentro en un momento en que, a pesar de intuir algunas de las dimensiones en las que aún me queda profundizar, me siento orgullosa de todos los pasos que he ido dando. Después de casi dos años, el proceso jurídico todavía sigue abierto y, ciertamente, siento que necesito que llegue a una resolución para poder cerrar y seguir viviendo. Por mi parte, tengo la serenidad de saber que he hecho y sigo haciendo todo lo que está en mi mano por dar visibilidad a esta realidad tan dolorosa de los abusos, impulsada por el deseo de que nadie más tenga que sufrirlos.

¿En qué momento fue usted consciente de que era víctima de abuso?
Mi fase del despertar, como yo la llamo, tuvo lugar nueve años después de que se iniciara la situación de abuso que viví. Al escuchar el testimonio de una exgimnasta hablando de los abusos que sufrió por parte de su exentrenador, rompí en un llanto descontrolado y comencé a plantearme si a mí me había pasado algo parecido. También me ayudó el encontrar una página web que hablaba sobre los abusos: qué son, quién es el agresor, quién es la víctima… Todo aquello me impactó fuertemente, no podía comer ni dormir. La situación de abuso me rebasó de tal forma que había quedado como encapsulada y este fue el momento en que la capa protectora, de negación, empezó a derretirse.

¿Se ha sentido revictimizada en alguna ocasión y por qué?
La primera búsqueda de ayuda fracasó y tuve que esperar cuatro años más para comenzar mi proceso de sanación. Este fue el primer momento en que sufrí una revictimización, aunque tampoco fui consciente de ella hasta unos años después. La primera persona a la que me abrí fue a una hermana de mi congregación, a quien intenté expresar pinceladas de lo que estaba empezando a salir en mi fase de despertar. Llegó a intuir que me encontraba en una situación delicada y que necesitaba ayuda. Acordamos que era esto lo que le iba a transmitir a la superiora general. Finalmente, cuando la superiora general pasó la visita canónica a nuestra comunidad, me dijo que la hermana se lo había contado todo, que no pasaba nada pero que lo llevara a confesión. A partir de entonces surgió en mí el sentimiento de culpa y de vergüenza. Fruto de la añadida revictimización de no ser creída y apoyada por mis hermanas, padecí un sufrimiento de cuatro terribles años más de soledad y angustia, desangrándome con las consecuencias del trauma.

¿Cómo fue el paso de poner nombre a lo que estaba sucediendo?
Poner nombre a lo que me había sucedido fue muy difícil y muy doloroso. Pasé de verlo todo blanco a todo negro y era tal el vértigo por el abismo que se abría ante mí, que prefería verlo gris y lo más clarito posible. Era una realidad que me desbordaba y que no podía asimilar. Me costó incluso llamar por su nombre a la persona de quien había sufrido el abuso. El paso de intuir el abuso a poder confirmarlo con datos objetivos, aunque doloroso el reconocerme como víctima, fue importante para reconducir el sentimiento de culpa. Conocer a otra víctima del mismo agresor fue una confirmación de los hechos y un gran apoyo en el proceso.

¿Se ha sentido y se siente acompañada por la Iglesia?
En un principio me sentí profundamente sola, incomprendida, sin apoyos, sin ayudas, herida, revictimizada… hasta mi relación con Dios se vio afectada. A día de hoy, puedo darle gracias por la mediación de su cuidado, encarnado en las personas que me acompañan y en las que puedo confiar: personas especiales para mí, mis terapeutas, algunas hermanas… Gracias por iniciativas de la Iglesia como Repara.

¿Cuál ha sido el papel de Repara en su camino?
El papel de Repara en mi camino ha sido vital. En Repara he encontrado personas que me acogieron, me escucharon, me creyeron y me siguen acompañando. Conocí Repara unos tres años después de iniciar mi proceso de sanación y fue mi plataforma para poder dar el salto de materializar mi denuncia. Me ayudaron no solo a redactarla sino que me siguen sosteniendo en el proceso, me invitan a participar en dinámicas sanadoras y cuentan conmigo en distintas iniciativas para dar visibilidad y sensibilizar ante esta realidad de los abusos.

El abuso de conciencia y de poder están en la antesala del abuso sexual, cómo podemos detectar que estamos siendo víctimas de este abuso?
En mi caso, la situación de abuso se dio por parte de un sacerdote en un contexto de acompañamiento. Claramente él tenía una posición de poder y autoridad dentro de una relación asimétrica. También hay que tener en cuenta que en un acompañamiento se revelan aspectos delicados e íntimos de la persona. Hasta aquí todo entra dentro de la normalidad; el problema es cómo se ejerce esa situación de poder y cómo se usan esos datos personales: si es para el bien de la persona acompañada o para la satisfacción de los propios instintos y necesidades de quien acompaña, saltándose todo límite. Creo que, normalmente, las dinámicas de abuso tienen muchos elementos en común: el agresor aparece como una persona encantadora, entregada al servicio de los demás; utiliza artimañas para ganarse la confianza de la víctima; procura mantener a la víctima aislada, presentándose él mismo como la única persona que puede ayudarla; confunde, engaña, haciendo creer que todo es un bien para la víctima, llegando incluso a crear una relación de dependencia y/o a interpretar las Sagradas Escrituras para justificar su propio modo de proceder.

Personalmente, me fue imposible darme cuenta de lo que me estaba pasando y, por tanto, fui incapaz de reaccionar a tiempo. A modo de disociación, creé como un mundo paralelo en el que iba colocando todo aquello que me desbordaba y no podía comprender.

¿Qué diría a otras personas para que puedan reconocer su situación si se encuentran en una similar?Algunos de los elementos que me parecen de vital importancia son la dignidad de la persona y los límites de relación, aquellos que nadie puede saltarse bajo ningún concepto. En una relación de acompañamiento, por ejemplo, queda terminantemente excluido ya sea aprovecharse de la confianza y de los datos íntimos revelados por la persona acompañada, como introducir cualquier acto que atente contra su integridad, en cualquiera de sus dimensiones: física, psicológica, espiritual, sexual…

También me parece muy importante poder contar con personas de confianza con quienes confrontar todo aquello que nos impacte, nos interpele o nos resulte extraño de nuestra relación con otras personas. Cualquier argumento que pretenda aislar, del tipo «los demás son manipuladores y solo yo puedo ayudarte», «esto queda entre tú y yo, los demás no pueden entenderlo», etc. nos ha de hacer sonar las alarmas.

¿En ocasiones hay una distorsión a la hora de entender la obediencia en la Iglesia?
Ciertamente, y por lo que vemos en la práctica, hay una distorsión a la hora de entender las relaciones de autoridad y obediencia en la Iglesia, en la medida en que las mediaciones se desconectan de la única autoridad suprema y legítima que es Dios y la única que merece nuestra obediencia. Creo que también nos ha hecho mucho daño una mentalidad en la que nos han formado, en la que tanto la jerarquía de la Iglesia como los superiores en nuestras congregaciones religiosas serían como «Dios en la tierra», con unos superpoderes por los que no pudieran equivocarse, todo les estuviera permitido y cualquier mandato suyo fuera Palabra de Dios. En mi caso, aunque me creía inocente, me sentía culpable de todo y de nada y, por cumplir el mandato de la superiora, tardé dos años en llevarlo a la confesión;, paradójicamente, fue entonces la primera vez que escuché: «No eres culpable».

 

Publicado en alfayomega.es.
Cristina Sánchez Aguilar

  • De los 78 casos, 38 se refieren al ámbito intrafamiliar; 2 a personas particulares sin vinculación familiar; 11 al ámbito de la vida consagrada; 6 a clero de la diócesis de Madrid (ningún abuso sexual a menores en el momento actual); 5 a sacerdotes de otras diócesis; 1 a un laico y 1 a movimientos y realidades eclesiales
  • De ellos, 64 hacen referencia a abusos sexuales y los otros 14, a abusos de autoridad y de conciencia
  • Además, Repara acompañó más de 100 consultas, también de instituciones, y desde el área de formación y sensibilización se ha llegado a más de 2.000 personas
  • Cada vez más sacerdotes acompañan a las víctimas de todo tipo de abusos hasta Repara para que reciban orientación y terapia
  • En el ámbito eclesial, «el abuso sexual y el abuso de autoridad a menudo conviven». Desde Repara, se considera «preocupante» el abuso de conciencia a personas adultas «no vulnerables, sino vulneradas»

En el año que acaba de cerrarse, se ha atendido a 78 víctimas directas de abusos (víctimas de primer orden), así como a 7 familiares de estas (víctimas de segundo orden). Además, se ha orientado a 1 victimario. Se han efectuado más de 100 intervenciones puntuales o asesoramientos, sobre todo a través del teléfono o correo electrónico. En resumen, durante el año 2023, más de 180 personas han sido atendidas y acompañadas desde el área de atención de Repara.

Un proceso de «toma de conciencia»

Más allá de las cifras, «nos preocupa que se pueda confundir el posible delito con el daño que manifiesta la víctima, porque éste no se mueve por criterios jurídicos. En ocasiones, nos encontramos con comportamientos no delictivos y que, por tanto, no entrarán a formar parte de otras estadísticas y registros, pero que sí han resultado lesivos. Efectivamente, cabe que el Juzgado o la Fiscalía determinen que no hay delito, o que no se ha podido probar o que está prescrito y, sin embargo, existe un daño. Por otro lado, hay personas víctimas que están siendo atendidas terapéuticamente, pero que todavía no han formalizado denuncia, ya que, a menudo, llegar a ese punto requiere un largo proceso de toma de conciencia que no siempre desemboca en un acto jurídico».

Cabe recordar que Repara no es una agencia de investigación ni tiene competencias disciplinarias. Por eso da cuenta de las atenciones, no de los procesos: «Nuestra clasificación no prejuzga el resultado procesal (no es un registro de penados ni de delitos), sino de lo que demandan las víctimas según su relato. Ello implica que en ocasiones puede darse algún desajuste formal y, como en toda taxonomía, especialmente en la Iglesia, con una realidad organizativa y estatutariamente tan compleja, pueden darse aparentes descuadres en función del cuándo, quién y desde dónde se contempló un mismo caso».

Crece la sensibilidad

En el abuso intrafamiliar se ha detectado un incremento de entradas a través de las parroquias de la diócesis de Madrid. Se empieza a percibir el impacto de la actividad sensibilizadora y formativa de Repara. Cada vez más sacerdotes se están haciendo cargo de las víctimas de todo tipo de abusos y las acompañan hasta Repara para que reciban orientación y terapia. Crece, pues, la sensibilidad de que la fe solo no basta para sanar lo más traumático».

Uno de los datos a destacar es que, en el ámbito eclesial, el abuso sexual y el abuso de autoridad a menudo conviven. De hecho, el abuso sexual es el resultado final de un proceso de dominación y manipulación, en nombre de Dios, que cosifica a la persona. Resulta muy preocupante el abuso de autoridad y de conciencia a personas adultas, no vulnerables, sino vulneradas. Por eso, desde Repara se insiste en la preocupación de la insuficiente atención que, en general, se presta dentro de la Iglesia a los abusos a adultos y los de conciencia y la mínima relevancia que se da fuera a los abusos intrafamiliares y en otros contextos.

Los datos

  • De los 78 posibles casos de abuso llegados a Repara, 38 se refieren al ámbito intrafamiliar; 2 a personas particulares sin vinculación familiar; 11 al ámbito de la vida consagrada; 6 a clero de la diócesis de Madrid; 5 a sacerdotes de otras diócesis, y 1 a movimientos y realidades eclesiales.
  • De los 78 casos, 64 hacen referencia a abusos sexuales y los otros 14, a abusos de autoridad y de conciencia. Hay 66 mujeres y 12 hombres.
  • De los 64 casos de abusos sexuales, 4 afectan a menores en el momento de la denuncia. 49 afectan a adultos en el momento de la denuncia y menores en el abuso. 11 afectan a adultos en el momento del abuso y de la denuncia.
  • Dentro del ámbito del clero diocesano de Madrid, 3 víctimas eran menores en el momento de los hechos y denunciaron ya siendo adultas, y otras 3 eran adultas también en el momento de los hechos
  • 14 personas denunciaron haber sufrido abuso de autoridad: 9 dentro de la vida religiosa, 1 en la diócesis de Madrid, 1 en otras diócesis y 3 en movimientos y realidades eclesiales.
  • La atención a víctimas de segundo orden, es decir, a los familiares de las personas que han sufrido el abuso, sigue siendo importante, con 7 personas acompañadas.

TABLA REPARA

Víctimas atendidas

  • De las víctimas directas, 12 son hombres frente a 66 mujeres.
  • El servicio más demandado sigue siendo el acompañamiento psicológico.

Victimario

Se ha atendido a 1 único agresor de otra diócesis, por abuso sexual a menores en contexto religioso. Por protocolo, todas las víctimas son informadas del derecho a iniciar acciones civiles y canónicas. En el caso de que el abuso afecte a un menor, se informa a la Fiscalía Provincial de Madrid.

Formación en Repara

Por otro lado, durante este curso se ha ampliado el trabajo que se está realizando desde el área de formación. Han aumentado considerablemente las sensibilizaciones y los lugares eclesiales donde somos requeridos, dándonos voz.

Durante el año 2023 se ha impartido formación y sensibilización de manera directa a más de 500 personas, inscritas en cualquiera de las modalidades formativas ofrecidas. Por otro lado, se ha invitado a miembros del equipo a participar en distintos foros por todo el territorio nacional.

REPARA, entidad de la archidiócesis de Madrid para la atención integral y el cuidado de las victimas y la prevención de los abusos, ha suscrito un convenio de colaboración con el CEPROME (Centro de Investigación y Formación al Menor de Latinoamérica).

La finalidad del acuerdo, firmado digitalmente entre Madrid y Ciudad de México, es promover y fortalecer el intercambio de información, del conocimiento y de la investigación, orientado a promover una cultura del cuidado, basada en la dignidad humana, la prevención de las violencias y los abusos, en especial en entornos eclesiales, así como el respeto por los derechos de las personas. Ello redundará en una mejor formación para los agentes especializados y en poder explotar los logros que se vayan alcanzando de cara a futuras investigaciones y publicaciones que contribuirán   an a la mejor prevención de los abusos, así como a un tratamiento más eficaz y completo tanto  de víctimas y como de  victimarios.

El proyecto Repara es pionero en la Iglesia española en el ámbito del acompañamiento a personas víctimas de abuso y la prevención. Desde que en el año 2020 el arzobispo cardenal Carlos Osoro decretase su creación, la Archidiócesis de Madrid ha demostrado su compromiso con las víctimas de abusos de cualquier tipo. En Madrid, el proyecto ha atendido ya a más de 350 personas desde su creación y hasta la actualidad. Repara responde a la llamada del Papa Francisco que pide una Iglesia volcada en la acogida y el acompañamiento de todas las víctimas de abusos, tanto en el seno de la Iglesia como fuera de ella.

En esta línea de trabajo, el obispo de Teruel, monseñor José Antonio Satué Huerto ha querido seguir con la senda iniciada tras la creación de la Oficina para la Recepción de Informes y Denuncias de Abusos Sexuales en las Diócesis de Aragón y ha ordenado la creación de Repara en su diócesis. Este proyecto comenzó su andadura el día 1 de marzo y fue presentado el pasado martes 9 de mayo en rueda de prensa. monseñor Satué afirmó que la Diócesis de Teruel «quiere profundizar» en la atención a estas personas y por eso ha creado este proyecto.

Para ello, ha contado con la ayuda de Miguel García Baró, coordinador general de Repara y Lidia Troya responsable de acogida inicial y coordinadora de atención. García Baró, que también es miembro de la Real Academia de Filosofía Política y Moral, durante la rueda de prensa explicó que Repara quiere atender y atiende a personas que han sido víctimas de abusos «sexuales, pero también de poder, prescritos o no», porque es un proyecto de acompañamiento. Además, consideró que este es un proyecto que en realidad «es un servicio para toda la sociedad». Por su parte, Lidia Troya ha afirmado con rotundidad que el dolor que padecen las víctimas es semejante a «la cima del Everest del sufrimiento humano» y que la incomprensión del entorno familiar, social y eclesial, solo «añade dolor al dolor». La coordinadora de atención tiene claro que «Repara no está para lavarle la cara a nadie» y confirma que la mejor carta de presentación que tienen es el testimonio de las personas que han sido atendidas.

Apoyo, formación, sensibilización y acompañamiento

García – Baró y Troya acudieron también a la llamada de monseñor Satué para  sensibilizar y formar a distintos agentes de pastoral y al clero. Durante toda una mañana en Zaragoza, ambos pudieron dar voz a las personas víctimas y reflexionar sobre la raíz del abuso y la prevención, con un nutrido grupo de sacerdotes jóvenes pertenecientes a las diferentes diócesis de Aragón. Asimismo, «en Teruel nos reunidos con el equipo de Repara y pudimos compartir inquietudes y esperanzas», señala Troya. Este equipo, además, ha recibido formación en Madrid, en los cursos que ofrece Repara a sus agentes en la capital.

También, durante esos días, impartieron una ponencia en el seminario conciliar de Teruel, con el objetivo de presentar el nuevo proyecto de la capital y, como explica la coordinadora «más importante aún, para ayudar a tener una mirada atenta hacia los abusos y prevenirlos». La acogida de este proyecto ha sido «muy, muy buena» y el apoyo de los obispos fundamental para que Repara se haya podido hacer realidad en Teruel.

Teruel es la tercera de las diócesis españolas que han abierto una oficina de Repara. Tras Madrid, en el año 2020, León abrió su propio oficina diocesana el pasado mes de enero, en un proceso similar al que ahora recorre la Diócesis de Teruel. Con el apoyo de su obispo, monseñor Luis Ángel de las Heras, este proyecto comenzó su andadura. Durante la presentación, el obispo leonense expresó que abrir Repara en su diócesis y su éxito «pasa por la toma de conciencia, prevención y búsqueda de un modo de ser y obrar en la iglesia que evite cualquier posible abuso».

En cualquiera de las oficinas de Repara (en Madrid, en Teruel y en León) el servicio es gratuito e incluye, en función de cada caso, acompañamiento terapéutico, espiritual y asesoramiento jurídico.

Cualquier persona que necesite información o quiera contactar con cualquiera de los tres Repara diocesanos, puede hacerlo a través de sus páginas web:

Infomadrid / Pablo Martín

Durante el año 2022, el Proyecto Repara del Arzobispado de Madrid atendió a 102 víctimas directas de abusos (víctimas de primer orden), así como a 19 familiares de estas (víctimas de segundo orden).

Además, a lo largo del año Repara acompañó, de modo terapéutico, a cinco personas agresoras o victimarios, y efectuó más de 100 intervenciones puntuales o asesoramientos, muchas veces a otras instituciones.

A todas estas personas se les ofrecieron más de 1.500 sesiones gratuitas de atención psicológica y escucha, frente a las 700 de 2021. Aparte de la terapia individual, se mantuvieron los Grupos de Ayuda Mutua y también creció la demanda de asesoramiento canónico.

  • De los 102 posibles casos de abuso llegados a Repara, 48 se refieren al ámbito intrafamiliar; 6 a personas particulares sin vinculación familiar; 25 al ámbito de la vida consagrada; 10 a clero de la diócesis de Madrid —con varias víctimas atribuidas al mismo sacerdote—; 7 a sacerdotes de otras diócesis, y 6 a movimientos y realidades eclesiales.
  • De los 102 casos, 87 hacen referencia a abusos sexuales y los otros 15, a abusos de autoridad y de conciencia. Hay 71 mujeres y 31 hombres.
  • De los 87 casos de abusos sexuales, 4 afectan a menores en el momento de la denuncia, todos en el ámbito intrafamiliar.
  • Dentro del ámbito del clero diocesano de Madrid, 2 víctimas eran menores en el momento de los hechos y denunciaron ya siendo adultas, mientras que el resto eran adultas también en el momento de los hechos.
  • 15 personas denunciaron haber sufrido abuso de autoridad: 10 dentro de la vida religiosa, 2 en otras diócesis, 2 en movimientos y realidades eclesiales, y 1 entre particulares.
  • La atención a víctimas de segundo orden, es decir, a los familiares de las personas que han sufrido el abuso, sigue siendo importante, con 19 personas acompañadas.
  • De las personas agresoras —victimarios— que están haciendo un proceso en Repara, 2 cometieron el abuso en el ámbito intrafamiliar y 3 en el ámbito de la vida consagrada.

Tabla de víctimas atendidas

TOTAL

ABUSOS SEXUALES

ABUSOS DE AUTORIDAD

Menores
en la actualidad

Adultos en el momento de denuncia y menores cuando se produjo el abuso

Adultos en el momento de la denuncia y del abuso

Intrafamiliar

48

4

43

1

0

Particulares

6

0

1

4

1

Vida consagrada

25

0

14

1

10

Diocesano

Madrid
10

Madrid
0

Madrid
2

Madrid
8

Madrid
0

Otras
7

Otras
0

Otras
4

Otras
1

Otras
2

Movimientos y realidades eclesiales

6

0

3

1

2

TOTAL

102

4

67

16

15


Formación y prevención

Igual que en años anteriores, aparte de la atención, el Proyecto Repara siguió trabajando en la prevención de posibles casos y en la formación. Entre otros, se impartió una formación de cuatro horas sobre los abusos, en general, y a menores, en particular, en las dos vicarías —con la presencia de unas 170 personas—, y se ofrecieron tres cursos online a través de la Escuela Diocesana de Evangelizadores —con la participación de 75 alumnos, la mayoría agentes de pastoral—.

En esta línea, a lo largo del año Repara lanzó dos vídeos dedicados a las falsas creencias sobre los abusos, al tiempo que colaboró con publicaciones sobre el tema —como Prevenir y acompañar. Los abusos en la vida religiosa (PPC) — y se hizo presente en jornadas como las VI Conversaciones PPC.

Nuevo curso online

El Proyecto Repara acaba de poner en marcha, precisamente, una nueva edición del curso de formación online sobre atención y prevención de abusos. La formación comenzará el 13 de marzo y tiene una duración de 45 horas a lo largo de dos meses. Terminará el 26 de abril y requerirá la realización de un proyecto final hasta el 10 de mayo. Tiene un coste de 60 euros. Las inscripciones deben realizarse a través del correo inforepara@archimadrid.es antes del 4 de marzo La posterior matrícula se formalizará en la semana del 6 al 10 de marzo.

Cifras de años anteriores

El Proyecto Repara pone en marcha una nueva edición del curso de formación online sobre atención y prevención de abusos, que se impartirá a través de la Escuela Diocesana de Evangelizadores y que, de acuerdo con sus impulsores, «ofrece herramientas para dar una primera respuesta adecuada a las personas que han sufrido abusos y para crear relaciones que eviten la existencia de nuevas formas de abuso en las instituciones».

El curso, para el que no se necesitan conocimientos previos, está orientado a agentes de pastoral y demás miembros con responsabilidades de las parroquias; profesores y tutores de colegios, especialmente los allegados a la Iglesia católica; personal de asociaciones y otros movimientos diocesanos; miembros de órdenes religiosas, y cualquier persona o colectivo que comprenda la necesidad de ahondar en este tema.

La formación comenzará el 13 de marzo y tiene una duración de 45 horas a lo largo de dos meses. Terminará el 26 de abril y requerirá la realización de un proyecto final hasta el 10 de mayo. Tiene un coste de 60 euros. Las inscripciones deben realizarse a través del correo inforepara@archimadrid.es antes del 4 de marzo La posterior matrícula se formalizará en la semana del 6 al 10 de marzo.

La revista de información social y religiosa Alandar ha otorgado el Premio Alandar 2022 al Proyecto Repara de la archidiócesis de Madrid. Lo hace en reconocimiento a la «labor de acompañamiento a las víctimas de abusos sexuales en la Iglesia católica y su contribución a la búsqueda de la verdad, justicia y reparación para dichas víctimas».

Desde Alandar valoran que, no sin dificultades, Repara «se ha convertido en un modelo de atención y acompañamiento integral a las víctimas de abusos sexuales, principalmente, aunque no solo, dentro de la Iglesia católica». Y subrayan que, además de esta ayuda única entre las diócesis españolas, «ha desarrollado una notable actividad en el campo de la prevención y la sensibilización».

En este sentido, inciden en que «sus materiales educativos y de campaña han contribuido a desmontar numerosas falsas percepciones sobre los abusos sexuales en el ámbito religioso y argumentos tendentes a relativizar el alcance del problema, llegando a veces a contradecir con valentía declaraciones de algunos responsables de la jerarquía eclesiástica española, demostrando que otra manera de abordar la cuestión es posible dentro de la Iglesia».

Campaña en favor de las personas esenciales

Junto a Repara ha sido también reconocida la campaña Esenciales que, con el lema 500 mil firmas para 500 personas esenciales, promueve una iniciativa legislativa popular para la regularización extraordinaria de personas migrantes en España. Aglutina los esfuerzos de más de 12.000 personas y más de 800 organizaciones sociales, entre ellas, los departamentos de Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal y la archidiócesis de Madrid, así como Cáritas y CONFER (Conferencia Española de Religiosos).

La revista, que entregará los premios el jueves 17 de noviembre, a las 19:00 horas en el colegio mayor Chaminade, también ha aprovechado la ocasión para nombrar socio de honor al religioso marianista Martín Valmaseda, figura clave en los inicios de la publicación.

Infomadrid

El Proyecto Repara ha puesto pone en marcha una nueva edición del curso de formación online sobre atención y prevención de abusos, que se impartirá a través de la Escuela Diocesana de Evangelizadores y que, de acuerdo con sus impulsores, «ofrece herramientas para dar una primera respuesta adecuada a las personas que han sufrido abusos y para crear relaciones que eviten la existencia de nuevas formas de abuso en las instituciones».

El curso, para el que no se necesitan conocimientos previos, está orientado a agentes de pastoral y demás miembros con responsabilidades de las parroquias; profesores y tutores de colegios, especialmente los allegados a la Iglesia católica; personal de asociaciones y otros movimientos diocesanos; miembros de órdenes religiosas, y cualquier persona o colectivo que comprenda la necesidad de ahondar en este tema.

La formación comenzará el 4 de octubre y tiene una duración de 45 horas a lo largo de dos meses. Finalizará con una sesión presencial el 26 de noviembre y la realización de un proyecto final hasta el 15 de diciembre. Tiene un coste de 60 euros. Las inscripciones deben realizarse a través del correo inforepara@archimadrid.es antes del 18 de septiembre. La posterior matrícula se formalizará entre el 18 y el 28 de septiembre.

En su renovada web, el Proyecto Repara incluye un vídeo de falsas creencias sobre los abusos, que sigue la estela del publicado el pasado mes de febrero en el que subrayaba que «la denuncia ayuda» a la Iglesia, que «un solo de caso de abusos ya son demasiados» o que «el dolor de las víctimas no prescribe».

Fruto de su trabajo diario, el proyecto de atención a víctimas y prevención de abusos de la archidiócesis de Madrid saca otro más general centrado en diferentes prejuicios sobre quienes cometen los abusos y quienes los sufren.

En relación a los victimarios, Repara reconoce que, aunque «la mayoría de las veces son hombres», no es algo exclusivo de ellos, y que los abusos son cometidos tanto por personas heterosexuales como homosexuales. «En el abuso sexual hay una relación de dominación y una dimensión afectiva que no dependen de la orientación sexual. No hay una correlación directa entre el abuso sexual de menores y la homosexualidad», asevera.

Además, detalla que quienes abusan «no necesariamente sufren patologías mentales» y que incluso son personas «encantadoras» que «se ganan la confianza de las víctimas», al tiempo que abunda en que «los abusos rara vez son cometidos por extraños» porque «se basan en una relación de poder que requiere cierta confianza». Es más, añade, «en la mayoría de los casos, quienes abusan son personas conocidas, cercanas en distinto grado».

Respecto a las víctimas, el proyecto niega categóricamente que los abusos sexuales a menores sean poco frecuentes o afecten solo a las niñas. «El abuso sexual infantil es un problema silenciado que hay que visibilizar», remarca, poniendo el foco en que no es fácil «de detectar ni de revelar», pues «el secreto es el arma con la que chantajea quien abusa», y en que siempre «debe ponerse en conocimiento de las autoridades».

En este sentido, en el vídeo también se señala que el abuso es «un problema global que afecta a todas las generaciones y a todos los contextos económicos y sociales», muchas veces en el ámbito intrafamiliar, y que «la sociedad debe oponerse activamente».